sábado, 5 de noviembre de 2011

El bosque encantado

En un país muy lejano, vivía una niña, llamada Iridessa cuyos padres eran personas muy buenas, el lugar estaba lleno de flores, aromas ricos, mariposas siempre volando, era un lugar lleno de colores mágicos y la alegría estaba en la cara de todos los que allí vivían.
El lugar, llamado Villa Maravillosis, era un bosque encantado lleno de hadas y buenos duendes. Iridessa era una niña hada, que tenía siempre una sonrisa en su cara; todos eran amigos de ella, por su bondad había sido declarada el hada bondadosa de Villa Maravillosis., todos la querían.
Un buen día, algo terrible pasó. Iridessa había desaparecido. Duendes y hadas buscaron por todos lados del bosque, y sus caras que siempre estaban llenas de alegría, se habían transformado en caras de tristeza y preocupación. ¡Cuánto lloraban sus padres y sus amigos! Hasta las mariposas dejaron de volar.
Las flores perdieron su color y Villa Maravillosis se transformó de repente en un lugar lleno de pena. Un duende llamado Sam, que era el duende más inteligente de todos los duendes, tuvo una gran idea.
Se le ocurrió, que toda esta desgracia, ocurría por la envidia de los ogros, principalmente por el gran ogro llamado Otus, que no quería a las hadas porque ocupaban su lugar favorito en el bosque.
Otus, siempre pensó, que la mejor manera de echarlos era transformar sus vidas alegres en tristes, y la mejor manera era haciendo desaparecer a el hada preferida de la Villa, de esta manera todos abandonarían el lugar y los ogros se apoderarían de él. En Villa Maravillosis estuvieron de acuerdo con Sam y decidieron tenderles una trampa a los ogros para rescatar a Iridessa.
Todos sabían que los ogros siempre se tentaban con los hongos mágicos de las hadas, entonces para lograr atraparlos, principalmente a Otus, pusieron una gran canasta llena de hongos mágicos, pero con un condimento especial preparado por Gertrudis, que era el duende encargado de espantar ogros.
El condimento era una pimienta muy potente que una vez fue traída por una bruja llamada Maruja que no era una mala bruja. Cuando Otus se acercó a la canasta de hongos y se puso a comerlos desesperadamente, comenzó el gran estruendo, estornudos y estornudos sin parar y lo único que pedía era que lo liberaran del hechizo, entonces Gertrudis le dijo que lo liberaría si ellos primero entregaban a Iridessa y prometían no molestarlos más.
Otus que seguía estornudando, prometió no molestarlos y a cambio de que lo liberen de los estornudos molestos, devolvió a Iridessa. Ese día todo el bosque festejó la llegada de su hada bondadosa.

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