martes, 15 de noviembre de 2011

Rosalina y el valle de las mariposas

Rosalina llegó a un valle dónde había muchas mariposas, volaban de flor en flor y todo lo llenaban de color.
La duendecilla preguntó a una mariposa que volaba cerca de ella.
-¿Por qué estáis tan contentas?.
-Esta noche hay una fiesta, la mariposa que tenga las alas más hermosas será la reina de todas nosotras.
 Una mariposa se acercó, abrió sus alas y muy orgullosa dijo.
-Mirad, como mis alas brillan a la luz del sol, la elegida seré yo.
 Otra dijo:
-Seguro que no ganarás, mis alas tiene el color del mar y reina me elegirán.
 Otra mariposa se acercó y dijo:
-Creo que ninguna de las dos ganará, mis alas son rojas como las amapolas, yo ganaré y vuestra reina seré.
 Rosalina en silencio las escuchaba y pensaba:
-Son preciosas, pero muy orgullosas y vanidosas.
 Había una mariposa que  no decía nada, la duendecilla se acercó y le preguntó:
-¿Vas a ir a la fiesta?
-claro que iré, pero no ganaré.
-¿Por qué dices eso? Tus alas son muy bonitas, tienen los colores de la sencillez y de la humildad, creo que ganarás.
-Seguro que no, nadie se fija en mi, pero estoy contenta y soy feliz.
 Las alas de la mariposa, tenían los colores del arco iris, y era la más hermosa de todas.
-Es la más sencilla y merece ser la reina.
 Rosalina tocó las alas de la mariposa y estas empezaron a brillas como estrellas, tanto brillaban, que no podían dejar de mirarla y esta mariposa sencilla y humilde fue la que ganó.
 Rosalina se acercó a las otras mariposas y les dijo:
-A veces creemos que somos las más hermosas, pero es la sencillez y la humildad lo que nos hace bonitas de verdad.
 Todas comprendieron que tenía razón, y aprendieron la lección nunca más volvieron a ser vanidosas.
Se dieron cuenta de que la reina elegida fue la mariposa que no era presumida.
 Cuando terminó la fiesta Rosalina se despidió de las mariposas… y empezó a caminar, porque el bosque de la Luz tenía que encontrar.
Fin

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