También llamados querubines, estos ángeles protectores habitan en la tercera esfera de la creación divina. Suelen tener la forma de pequeños niños alados que juegan en eterna inocencia. Su poder subyace en la pureza de su alma. Cuando un niño se va a los cielos antes de concebir ningún pecado se convierte en uno de estos guardianes celestiales que protegen a la gente. Hay muchos modos de invocar su benefacción. Rezar a los llamados ángeles de la guarda siempre traerá protección y bienestar a nuestros hogares.
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