lunes, 5 de diciembre de 2011
La aventura mágica de los delfines
Había una vez un barco que se había perdido en alta mar. Los equipos de navegación se habían destrozado durante una tormenta electromagnética. Los marineros estaban desesperados y todos a bordo le preguntaban al capitán como haría para regresar sanos y salvos a tierra firme.
Este hombre que era un viejo lobo de mar en ningún momento entró en desesperación, simplemente escuchaba las quejas de los otros mientras fumaba tranquilo su pipa de tabaco de chocolate y largaba densas bocanadas de humo. Cuando terminó de escuchar dijo:
-No se preocupen mis camaradas, pues para situaciones como estas es que lo tenemos a Pedro.
-¿Quién es Pedro? -preguntaron sus hombres que no sabían lo que el Capitán les quería decir.
-Pedro es un delfín que una vez encontré herido en los tiempos de mi juventud -respondió el capitán.
Aquella vez, un barco ballenero japonés lo había herido con un arpón en una de las aletas, pero Pedro que era fuerte y ágil logró escapar a la persecución. Lo encontré flotando a la deriva y había perdido mucha sangre. Sin dudarlo ni un instante me arrojé al mar, nadé hasta él y curé todas sus heridas.
Pedro se quedó muy agradecido con el Capitán y le dijo que desde ese momento y para siempre serían grandes amigos. Claro que el tiempo había pasado, y ahora el delfín Pedro tenía una gran y numerosa familia. Sin embargo, ni bien escuchó que su amigo el capitán lo precisaba nadó junto a su compañera y también junto a todos sus pequeños delfines para indicarle al capitán hacia donde quedaba la orilla.
Haz siempre el bien a tus semejantes que seguramente algún día tu también necesitarás de ellos.
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